A lo largo de nuestra vida, solemos dar por sentada una idea fundamental: creemos saber quiénes somos. Nos identificamos con nuestros pensamientos, emociones, recuerdos y experiencias, construyendo una narrativa personal que nos define. Sin embargo, cuando exploramos esta identidad con mayor profundidad, surgen preguntas inquietantes: ¿Dónde reside el “yo”? ¿Somos realmente la voz en nuestra cabeza? Este cuestionamiento no es nuevo. Desde la filosofía hasta la neurociencia y la psicología, múltiples disciplinas han intentado desentrañar la naturaleza del yo. Lo que han descubierto es sorprendente: no existe un «yo» fijo, sino una conciencia que observa el flujo constante de pensamientos y emociones. La Ilusión del Yo: Una Identidad en Movimiento Nuestra mente nos hace creer que somos una entidad estable, un «yo» permanente que permanece inmutable a lo largo del tiempo. Pero si analizamos más de cerca, notamos que nuestros pensamientos de hoy no son los mismos de hace cinco años. Nuestras emociones cambian constantemente, y nuestra identidad misma se transforma con la experiencia. La neurociencia ha intentado localizar un «centro de mando» en el cerebro, una sede de la identidad (parecido a lo que nos muestran en la película Intensamente), sin éxito. Santiago Ramón y Cajal, pionero en el estudio del sistema nervioso, cartografió las neuronas en busca del asiento de la conciencia, pero no encontró un núcleo central. La identidad parece ser un proceso en constante flujo, más que una entidad fija. ¿Qué Sucede Cuando Dejamos de Identificarnos con la Mente? Imagina que estás en una habitación llena de voces, cada una representando un pensamiento diferente: preocupaciones, deseos, recuerdos, críticas. En nuestra vida cotidiana, solemos quedar atrapados en este parloteo mental, creyendo que cada pensamiento es parte de nuestra esencia. Pero, ¿y si simplemente te limitas a observarlos sin reaccionar? Aquí es donde entra en juego una de las herramientas más poderosas de la psicoterapia moderna: la defusión cognitiva. En la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), se trabaja con la idea de que no somos nuestros pensamientos, sino la conciencia que los observa. Al tomar distancia de nuestras narrativas mentales, dejamos de ser prisioneros de ellas. Este proceso se puede experimentar en la práctica. Detente por unos segundos, cierra los ojos y observa los pensamientos que surgen. No los juzgues ni los analices, solo míralos venir y desaparecer. Pregúntate: ¿Quién está observando? ¿Dónde reside ese observador?. El Yo como Contexto: Un Enfoque Terapéutico Transformador Desde la perspectiva de ACT, el «yo» no es una historia fija, sino un contexto amplio en el que ocurren pensamientos, emociones y sensaciones. Este concepto, llamado «yo como contexto», nos ayuda a entender que no estamos limitados por nuestra historia personal. En terapia, muchas personas llegan con un sentido rígido de identidad basado en etiquetas autoimpuestas: “soy ansioso”, “soy débil”, “soy incapaz”. Estas identificaciones limitan el crecimiento y generan sufrimiento. Pero al observar la mente en acción, podemos notar que estos pensamientos son solo eventos pasajeros, no verdades absolutas. Cuando logramos esta perspectiva, se produce un cambio fundamental: las emociones y pensamientos pierden su poder sobre nosotros. Dejan de ser barreras que nos impiden avanzar y se convierten en fenómenos naturales que podemos experimentar sin miedo. Cómo Aplicar Esta Comprensión en la Vida Diaria Conclusión: Despertar del Sueño de la Mente La vida cotidiana nos arrastra a identificarnos con nuestra mente, pero podemos despertar de esta ilusión. Al observar nuestros pensamientos en lugar de fusionarnos con ellos, descubrimos que somos mucho más que la historia que nos contamos sobre nosotros mismos. En terapia, esta comprensión puede ser liberadora. Dejar de luchar contra la mente y empezar a observarla nos permite vivir con mayor autenticidad y plenitud. Porque al final, nunca fuimos nuestros pensamientos; somos la conciencia que los observa. Caso clínico: La lucha contra una identidad limitante Ana, una mujer de 34 años, llegó a terapia con una sensación de estancamiento. Se describía a sí misma como «una persona ansiosa e insegura», convencida de que su personalidad la condenaba a fracasar en el amor y en el trabajo. «Siempre he sido así», decía. «Desde niña he tenido miedo a equivocarme, a que me juzguen. No sé ser de otra forma». Durante las primeras sesiones, exploramos cómo su mente repetía estas etiquetas una y otra vez, reforzando la creencia de que su ansiedad era una parte esencial de su identidad. Sin embargo, al aplicar la defusión cognitiva de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), Ana comenzó a notar que sus pensamientos no eran verdades absolutas, sino historias que su mente había repetido durante años. A través de ejercicios de observación, aprendió a notar sus pensamientos sin identificarse con ellos. En lugar de decir «soy ansiosa», comenzó a experimentar frases como «mi mente está generando pensamientos de ansiedad en este momento». Esta pequeña diferencia abrió una nueva perspectiva: su ansiedad no la definía; era solo una experiencia pasajera. Con el tiempo, Ana se dio cuenta de que no era la historia que se contaba sobre sí misma. Sus pensamientos y emociones fluctuaban, pero había algo en ella que permanecía constante: la conciencia que los observaba. Este cambio de perspectiva le permitió tomar decisiones más alineadas con sus valores, en lugar de actuar desde el miedo. Descubre tu Verdadero Ser: Da el Primer Paso Si este artículo resonó contigo y sientes que tu mente te mantiene atrapado en un ciclo de pensamientos y emociones que te impiden vivir plenamente, es momento de dar un paso más. En terapia, podemos trabajar juntos para que dejes de identificarte con el ruido mental y descubras una forma más consciente y libre de vivir. A través de un enfoque integrador, te guiaré para que conectes con la conciencia que siempre ha estado ahí, más allá de tus pensamientos y emociones pasajeras. Jefferson Bastidas Psicólogo en Manizales y online Inicio Blog Inicio Blog