
La práctica psicoterapéutica enfrenta una serie de desafíos y limitaciones significativas en la actualidad, las cuales también influyen en su percepción social.
Aquí se detallan los puntos clave identificados:
1. Limitaciones Inherentes y Expectativas No Realistas:
La terapia no es una solución universal ni milagrosa. No puede resolver todos los problemas.
No es una «varita mágica» que soluciona todo.
A veces, solo ayuda a «mantenerse a flote» en lugar de generar un progreso radical.
Existen problemas que simplemente son parte de la dificultad de la vida y que la terapia no puede «arreglar».
Puede generar expectativas poco realistas en la comunidad no experta, que le atribuye un poder milagroso.
Requiere un compromiso y esfuerzo continuo por parte del paciente para trabajar tanto dentro como fuera de las sesiones.
2. Desafíos Frente a Problemas Sistémicos y Estructurales:
La terapia individual no puede ignorar ni alterar las cuestiones estructurales y económicas relacionadas con la explotación laboral.
No puede modificar las complejas estructuras nocivas de la sociedad.
Los problemas socioeconómicos contribuyen enormemente a las enfermedades mentales, y la terapia individual no puede solucionar estas causas profundas.
Condiciones como el burnout son difíciles de tratar cuando el problema (un trabajo tóxico o mal pagado) es la única fuente de ingresos y no se puede evitar, lo que requiere acciones estructurales más allá de la terapia.
Vivir en el «capitalismo tardío», enfrentar crisis globales y problemas como la escasez de vivienda son fuentes de ansiedad y depresión que la terapia individual no puede «arreglar».
3. Problemas Relacionados con los Terapeutas y la Relación Terapéutica:
Encontrar al terapeuta adecuado es difícil y a menudo requiere prueba y error, comparado con «salir con alguien». La compatibilidad y la alianza terapéutica son fundamentales para el éxito.
Puede haber una mala conexión o «química» entre el paciente y el terapeuta.
Algunos terapeutas son percibidos como mal capacitados, inexpertos, o no especializados en la condición del paciente.
Pueden ser vistos como perezosos, carentes de empatía, condescendientes o motivados principalmente por el dinero.
Hay que tener cuidado de encontrar a alguien que realmente ayude en lugar de solo decir lo que el paciente «quiere oír» para seguir pagando.
Algunos terapeutas solo escuchan y asienten sin ofrecer herramientas o dirección útil.
Pueden dar consejos genéricos, obvios o superficiales.
Experiencias de abuso o trauma causado por terapeutas pueden generar miedo y desconfianza hacia la terapia.
4. Inefectividad o Desconexión con Ciertos Enfoques y Lenguaje:
Enfoques que se centran solo en controlar síntomas o enseñar habilidades (como la TCC para algunos) pueden dejar el dolor subyacente sin tratar. Enfocarse en aspectos normativos del comportamiento dejando de lado el procesamiento del trauma o el dolor emocional.
El lenguaje terapéutico puede resultar «desencadenante» o «irritante» y no resonar emocionalmente con el paciente (ejemplos: «autocuidado», «quererte a ti mismo», «niño interior»).
Las sesiones pueden sentirse como «sesiones de rumiación activa» que dejan al paciente más deprimido o atascado.
Falta de consejos accionables o un plan claro para realizar cambios tangibles en la vida (relaciones, carrera, vivienda).
Algunos enfoques evitan profundizar en el dolor o trauma, o lo hacen de forma abrumadora.
Sentirse peor después de las sesiones.
La intelectualización excesiva por parte del paciente, en lugar de sentir las emociones, puede impedir el progreso.
5. Barreras de Acceso y Costo:
El alto costo de las sesiones es una limitación significativa.
La falta de cobertura de seguro adecuada o la necesidad de probar varios terapeutas aumenta la carga financiera.
Existen largas listas de espera y dificultad para encontrar terapeutas disponibles.
Limitaciones de recursos financieros y humanos en los servicios de salud mental.
Problemas de geografía y política también afectan el acceso.
6. Factores del Paciente que Dificultan el Proceso:
Falta de compromiso o voluntad para poner esfuerzo y trabajar fuera de las sesiones.
Resistencia al cambio o miedo a mejorar.
Dificultad para comunicarse efectivamente.
No ser completamente honesto con el terapeuta.
Tener un entorno terrible (como una relación abusiva) que socava el progreso.
El ego puede interponerse, impidiendo la reflexión honesta.
La falta de autoconciencia o la confusión entre autoconciencia y rumiación.
7. Necesidad de Abordar Factores Fisiológicos:
Es crucial visitar a un médico para descartar causas fisiológicas o hormonales subyacentes a los síntomas físicos (dolor de cabeza, etc.) antes de depender solo de la terapia.
8. Percepción Social y Estigma:
Existe un estigma social y cultural asociado a buscar terapia. Compartir experiencias positivas es una forma de combatir este estigma.
Hay una percepción de que la terapia puede ser «inútil» para algunas personas.
Algunos la ven como un sustituto secular del cura, cuestionando su base científica y atribuyendo su efectividad más al «magnetismo» o habilidades personales del terapeuta que a procedimientos científicos.
Se cuestiona la experiencia y capacitación real de algunos profesionales frente a problemas complejos o poblaciones específicas.
Hay una percepción de que la gente busca terapia solo para «desahogarse» o que les digan cómo vivir, sin entender completamente su propósito.
Tendencias y Esfuerzos para Abordar Estos Desafíos:
A pesar de estas limitaciones, la demanda de servicios psicológicos está aumentando debido a una mayor conciencia sobre la salud mental, exacerbada por eventos como la pandemia.
La telepsicología se ha masificado, ofreciendo mayor accesibilidad, flexibilidad y potencialmente reduciendo el estigma y las barreras geográficas, aunque también plantea desafíos éticos, técnicos y de comunicación no verbal.
Hay un creciente interés en la inteligencia artificial (IA) y el software para mejorar la precisión diagnóstica, expandir el acceso (especialmente en áreas de escasos recursos) y reducir la carga administrativa de los psicólogos. Sin embargo, la IA presenta desafíos éticos como la privacidad, la deshumanización y el sesgo algorítmico.
La personalización de tratamientos, utilizando enfoques basados en evidencia e incluso algoritmos de machine learning, es una línea de investigación prometedora para identificar las estrategias más efectivas para cada paciente y mejorar los resultados, buscando abordar la inefectividad de enfoques genéricos. Esto es particularmente desafiante en Colombia debido a la falta de financiamiento y obstáculos estructurales.
La profesión busca modernizarse y adoptar una visión global para satisfacer la creciente demanda y abordar desafíos compartidos, utilizando la tecnología para expandir el alcance y mejorar las colaboraciones de investigación.
Los defensores de la salud mental abogan por mayor financiación y accesibilidad a una atención asequible.
En resumen, si bien la terapia es una herramienta valiosa y necesaria, enfrenta importantes limitaciones intrínsecas, desafíos prácticos relacionados con la calidad y el ajuste terapéutico, y barreras sistémicas significativas como el costo y el acceso, que se suman a percepciones sociales a veces distorsionadas o estigmatizadas. La profesión está buscando activamente formas de superar estos obstáculos a través de la tecnología, la investigación en personalización y un mayor enfoque en la accesibilidad
Jefferson Bastidas
Psicólogo en Manizales y Online